Hello, beauties!
Hoy quiero hablaros del musical Billy Elliot, al que Metapic, a través de Influinvest, ha tenido el detalle de invitarme. ¡Gracias, Metapic e Influinvest!
Ya sabéis que mi opinión es real, independientemente de cómo he llegado a probar los productos, y esto incluye este musical.
Billy Elliot lleva en cartel en Londres nada menos que once años. En Broadway lleva representándose cuatro años. Por eso, SOM Produce decidió que ya era hora de traerlo a España. Y no os creáis que fue una decisión fácil.
Por la dificultad de la puesta en escena del musical, Billy Elliot sólo puede ser representado en el Nuevo Teatro Alcalá que cuenta con todos los medios para garantizar la seguridad de los Billys que actúan en el musical. Es por esto que, lamentablemente, no habrá una gira por España.
Billy Elliot se estrenó en Madrid el 5 de Octubre de 2017, después de varios años de trabajo para poder hacerlo realidad. Ya lleva un año y medio en cartel, con el mismo éxito que el primer día, y éstas son las claves de su éxito.
El espectáculo narra la historia de Billy, un niño de once años, nacido en el seno de una familia minera de Easington, un pequeño pueblo de Inglaterra. Es una época convulsa para la industria minera, a mediados de los años ochenta y los mineros han comenzado una huelga que durará todo un año, para protestar por los cierres de las minas. En este ambiente tan enrarecido, Billy, en lugar de disfrutar de las clases de boxeo a las que le ha apuntado su padre, descubre que lo que le gusta es el ballet y luchará por conseguir sus sueños a pesar de todo lo que se interpone en medio, no sólo la pobreza en la que vive, sino la intolerancia e incompresión de su familia y vecinos.
El musical es un espéctaculo. Te sumerge de lleno en la difícil vida de los mineros y de Billy, la ausencia de su madre, fallecida, y la incomprensión de una familia desestructurada. Con números apasionantes, hace que te rías y que llores con la misma facilidad. Es emocionante, y te salta las lágrimas, para romper el drama un minuto después con un buen alivio cómico. No sólo se centra en Billy y el baile, sino también en la lucha obrera, la unión de los trabajadores sindicalistas, sus protestas, sus miedos, sus esperanzas y sus fracasos.
No quiero contar mucho. Lo que os recomiendo es que vayáis corriendo a sacar las entradas y a ver el musical. Si no sois de la capital, planead un finde en Madrid, que aparte de Billy Elliot hay un montón de cosas que ver. Realmente merece la pena. ¿Qué puedo decir? A mí me emocionó mucho, salí del teatro con la piel de gallina, son dos horas y media de espéctaculo, de emociones, y de muchísimo talento. Me impresionó la profesionalidad de ese elenco infantil que lleva un gran peso sobre los hombros, pero no lo parece. Resuelven con frescura, con simpatía y con mucha naturalidad. Y es una delicia verlos y escucharlos.
Si te gustan los musicales es que no puedes perdértelo, y si no es tu pasión pero disfrutaste con espectáculos como El Rey León o El Fantasma de la Ópera, no te vas a arrepentir. ¿A qué esperas para comprar las entradas? No, no tengo comisión, qué más quisiera, es que aún sigo impresionada.
¿Habéis visto este musical? ¿Os ha gustado tanto como a mí?
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